martes, 3 de junio de 2008
ROSARIO JUAN CAMACHO, DEFIENDE A LOS DEPREDADORES
De buenas intenciones dicen que muchas personas, en su sano juicio intentan elucubrar sueños que conlleven la armonía intrínsecamente necsaria entre la humanidad, la naturaleza y los sitemas productivos básicos. Por su contra, aparte de los "depredadores incansables de la concretera y del piche", pululan alrededor de la misma, una sátira de pseudoprofesionales emergentes desde las instituciones académicas, que eyaculan una y otra vez, posiciones de enfrentamiento contra una realidad tangible, superponiendo la ineficacia profesional, cual frustración personal, con las ansias monetarias del interés mas mezquino, que ningún ser humano pueda suponer. Esta es la condición de último cuño, que alienta desde su posición de erudicción Rosario Juan Camacho, en un escrito que bien pudiera valerle la entrada cual "honoris causa" a los clásicos partidos políticos de turno. En su esperpéntico análisis no sólo soslaya, sino intenta ridiculizar con presunciuones peyorativas, a la inmensa mayoría de afectados, y personas comprometidas con el desarrollo de la isla, desde posiciones que no tiene que coincidir exacatemnte con los desmanes que hasta la fecha se han cometido, y esta banda de impresentables son los primeros culpables, e intentan desde las posiciones que ocupan la complementariedad, de los "colaboracionistas", otro listado de depredadores, bien encauzados en el curso mimético de potenciar la desestructuración de la isla, la "desforestación" de su caudal productivo, en aras de masificar, congestionar y alentar la dependencia estrcutural agobiante que apenas se cita en los medios de comunicación de masas. Así las cosas, la debilidad argumental manifiesta sin ningún tipo de escrúpulos, los cuales no deben de suplir apenas mayores infortunios, cuando se trata de elementos totalmente subersivos y contrarios al desarrollo de la isla, sino más bien a posiciones de "radicales y extremistas", en su mayoría frustrados en la connivencia de la mafia de la "cementocracia", manifiesta los halagos del la pulcritud de la mezquindad, al adorar plantemaientos, que harto difíciles cualquier persona con dos dedos de frente, imaginaria para una isla, que tiene como fin armonizar los parámetros con los cuales, la galopante "desaceleración económica" pondrá a cada uno en sus sitio. La ineficacia de las políticas económicas, la manipulación mediática de los contenidos bajo los cuales, el analfabetismo funcional atroz en connivencia con la mezquindad, más propagandítica que efectiva, de algunas marionetas del círculo universitario ( quiero puntualizar de antemano, nuestra mas sincera gratificacióin a todos aquellos profesionales que han puesto de su mano desde esta institución por apoyar la causa lógica, coherente y natural de la defensa de la isla frente a la depredación, y valga desde aquí nuestro mas sincero reconocimiento), que al baile del "talón", se mueven cual fantasma de un pasado patético, más aparente en países provistos de las herramientas con las cuales nunca podrán llegar a significar, la portencialidad de mirar al futuro a medio y largo plazo. Pero claro, pedirle más, a estos, es mucho. Ellos como siempre detrás de la concretera, aunque el mundo se caiga a sus pies, y los "colaboracionistas" en su papel. Netamente el analfabetismo funcional con el cual se ha articulado la isla, pretende en muchos casos ser un gran ejemplo de los que no se debe hacer en una isla como Tenerife. De esta forma el artículo de Rosario Juan Camacho, quizás encuentre alguién que sustente sus apetencias económicas ó de otra índole, en lugares continentales donde la consideración de la valoración superficial no reste réditos, a sus sueños e intereses, pero se caen por su propio peso en las condiciones en las que nos encontramos. La torpeza basculante y el analfabetismo funcional, han originado en muchos casos, la incorporación al escenario de la depredación de la isla, a la más baja calaña de eruditos, que pululan las migajas ( a saber que intereses) de la cementocracia, sin la más mínimas luces, ni por asomo, de las dificultades reales en las que se enfrentara la isla, y el conjunto d elas islas Canarias, en un escenario que más bien pinta de pesadilla, para una clase política que debe, no por exigencia personal sino por necesidad, dar un virage sin paliativos, al desarrollo económico de las isla. Esta claro que a estos personajes no se les puede pedir más, porque tampoco hay donde más sacar. en definitiva hacen su trabajo, a ver cuando van a cobrar, que ya va siendo hora ¿verdad?. En fin mas de lo mismo, enfrente el pueblo contra la Vía Exterior, armado de razón.
* Rosario Juan Camacho es decana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y da su opinión en consonancia con las prioridades que la acreditan con el poder. Queda dicho.