DOCUMENTO: “NO A LA VIA EXTERIOR Y CONTRA LOS PGOU DE SANTA CRUZ Y DE LA LAGUNA”.
Durante el último decenio el conjunto del archipiélago Canario, y en particular la isla de Tenerife ha tenido que soportar la continua depredación de grandes cantidades se suelo potencialmente agrícola y ganadero, para la realización de una serie de macro-infraestructuras irrelevantes, costosas y en muchos casos innecesarias para el conjunto de la sociedad canaria. La balanza de tales actuaciones bascula netamente en detrimento de un sector como el primario, que para el caso de Canarias no puede ostentar otro sinónimos que el de básico, estratégico y fundamental para cualquier país del mundo que aspire a involucrarse bajo los parámetros del desarrollo productivo interior, la modernización y el progreso de aquellos parámetros productivos, que sean capaces de dotar a una ganadería y una agricultura, en la dimensión de empezar a invertir la situación depresiva que arranca de la etapa del inicio de los Puertos Francos en 1852 y que ha visto mermar progresivamente la capacidad de autoabastecimiento interno hasta cuotas tremendamente problemáticas.
El margen de compromiso fundamental que conlleva la aspiración de la organización de unas nuevas directrices del territorio, pasan ineluctablemente por la defensa del potencial agrícola sin margen para ningún tipo de medidas compensatorias, que no contemple la imperiosa necesidad, manifestada, expresada y demandada continuamente por amplios sectores de la sociedad canaria, en la defensa y colaboración con el conjunto de las asociación de ganaderos y agricultores, en la legítima aspiración de vincularnos hacia los contenidos mínimos que nos permitan aspirar a los canari@s, estar bajo los parámetros legales que marca la directrices internacionales de la FAO, y que no pueden ocupar otro sendero que el de la Soberanía alimentaria para Canarias.
Más si cabe en estos tiempos que corren, donde la denominada “Crisis Alimentaria” subraya de antemano, la carencia del desarrollo de políticas que hayan beneficiado un sector que necesita de la consideración real de la que se le presupone, y donde deberían de sentarse las bases de una vez por todas de una auténtica reconversión económica del “cemento y el bloque” a la proyección de una agricultura, dotada de las
En este mismo sentido, el proyecto tan sólo de la formulación de la Vía Exterior y el avance de los planes de desarrollo de los planes Generales de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife y de La Laguna, no puede ser tomado menos que como una broma de mal gusto, o cuando menos como una irresponsabilidad política sin precedentes en el archipiélago, y que deben de volver a ocupar el lugar de la gaveta de las “Cosas que no hay que hacer en una islas con 7.501 Km. cuadrados”, y de donde nunca jamás antes debieron de salir. Las hipotéticas actuaciones sobre terrenos potencial e históricamente agrícola-ganaderos afectadas por la planificación sobre planos de la denominada “Autopista Exterior”, que arrancaría desde la zona conocida como La Pasada de los Guanches hasta las cercanías de Guamasa, consideramos que es una irresponsabilidad política de tal calibre, que la inmediata retirada de tal proyecto no se puede sujetar sólo a un cuestión de lógica espacial, sino que debe de profundizar la articulación de los mecanismos necesarios que contribuyan de una vez por todas a catalizar, y a poner sobre la mesa el costo que tenemos que pagar los vecinos de Tenerife, y del conjunto del archipiélago Canario, ante la asfixiante dependencia estructural, probablemente con pocos paralelos en otros lugares del planeta.
Ni que decir tiene que la conservación del paisaje agrario de la isla de Tenerife, valor complementario de las condiciones que durante tiempos pretéritos articularon unas señas de identidad colectiva, expresión sintomática de la cohesión espacio-cultural adscrita a la orografía del territorio, y verdadera columna vertebral de la expresión popular que durante milenios ha forjado la constitución como pueblo, tiene que tomar carta de naturaleza sinne quae en las futuras generaciones de agricultores y ganaderos que tomen el relevo de una producción interna, que autoabastezca la demanda de alimentos, y no de piche y cemento por doquier, sin más razón que la especulativa.
No es un acto de chovinismo narcisista cuando propios y turistas nos deleitamos del amarillo que nos brinda el verdadero “granel” que es el Rodeo Bajo y Alto en estos tiempos de siega pre-estival, germen del sustento durante milenios del alimento básico por antonomasia de los canari@s, ni tampoco un acto ex proffeso de erudición cuando se subraya desde los órganos edafológicos competentes de la Universidad de la Laguna el alto valor productivo
El mantenimiento y la recuperación de estos suelos para el desarrollo de la producción interior, que tiene tan buenos y mejorables ejemplos en zonas donde los habitantes del Tablero, han conseguido adaptarse a las condiciones climatológicas, con la extensión de una agricultura de verduras a ras de tierra, las pocas zonas agrarias que han escapado a la depredación urbanística en la Gallega y la zona alta del Sobradillo, destinadas al vital consumo de las papas, ó el “granel de trigo” que conforman el Cercado Bello y el Rodeo, sólo son paradigmas que tienen su proyección en sintomáticos topónimo como el Centenero ó Los Baldíos en la zona de Geneto, auténticas simbiosis estas últimas entre la retroalimentación estival de la importante cabaña caprina y ovina que está por retomar en la zonas consustancialmente limítrofes a la Esperanza. Argumentación que fructifica porque además de los 1,2 millones de metros cuadrados que desaparecerían depredados en una vía que a cualquier persona con sentido común no daría cabida a la dubitación, viola la filosofía sobre la protección del territorio recogida en el Plan Insular de Ordenación (PIOT) y el informe de impacto ambiental no tiene en cuenta el daño irreversible sobre cultivos y paisajes, entre otros argumentos, minusvalorando el dañino perjuicio que sobre estos afectaría y sumando sustancialmente el porcentaje humillante del 1,03 kilómetros por kilómetros cuadrados de carreteras que cuenta Tenerife, cifra abismales con respecto a otros entornos insulares, y con fundamentos que rozarían la ironía cuando hay voces que llenan continuamente las páginas bajo los conceptos del desarrollo Sostenible de Tenerife, y del conjunto de Canarias. Además los auténticos disparates que han salido a la luz, con los avances de los Planes Generales de Ordenación Urbana de la denominada por algunos como “Área Metropolitana”, que son auténticas macro nuevas ciudades, con la ascendente pérdida de calidad de vida, y sobre terrenos potencialmente agrícolas-ganaderos, conjuntamente con el disparate del mismo, se suman las cerca de 150 viviendas que en un momento de lucidez sin igual se pensó derribar, y la singularidad de muchas familias que les son privadas sus huertas y fincas, medios directos de vida y “bolsas de oxígenos” de su propia salud y bienestar, teniendo que asumir por imperativo categórico que tendrán que vivir apenas a dos metros de separación de una autopista de doble sentido, dando por descontado además el saldo nuevamente negativo que provoca sobre la fauna y flora del lugar, la lapidación de los valores productivos y ambientales de unas islas, que no pueden permitirse por un segundo más dar nuevos brindis no al sol, sino al cemento y al piche, en honra al disparate mayúsculo de continuar sepultando más territorio, en unas circunstancias que son auténticos desmanes dignos de Record Ginnes de la destrucción del entorno de Santa Cruz y Aguere.
Entre otras por las circunstancias anteriormente citadas, exigimos la inminente retirada sin paliativos de la planificación de la Vía Exterior y la retirada de los Planes Generales de Ordenación Urbana, ésta primera por su carácter innecesario, con un derroche presupuestario astronómico.
Y las segundas por contribuir a la destrucción de zonas potencialmente agro-ganaderas que deben de constituir de una vez por todas una frontera irrenunciable, que pueda garantizar plenamente el desarrollo básico de la Soberanía alimentaria para Canarias, como horizonte donde el peso de la responsabilidad política debe de jugar un papel fundamental, conjuntamente con los sectores sociales, productivos y universitarios que ofrezcan el desarrollo nuevamente de la proliferación de la agricultura y la ganadería, su modernización e implantación.
Hoy con más razón que nunca, por la defensa de las fincas cultivadas, del suelo potencialmente agrario, y las cerca de 150 casas previstas de derrumbar, por el porvenir de las futuras generaciones y por el desarrollo de garantías para la soberanía alimentaria de Canarias, exigimos reiterativamente la anulación sin la mayor dilatación temporal de los PGOU de Santa Cruz y La Laguna y la retirada definitiva de la planificación de la denominada “Vía Exterior” y la rectificación de la misma por un auténtico plan agrícola-ganadero para los entornos de Santa Cruz y La Laguna;
¡No a la Vía Exterior!
¡No al Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz y de La Laguna!
¡No más disparates urbanísticos!
¡Sí al desarrollo de la Agricultura y la Ganadería Canaria!
¡Sí a la defensa del suelo agrario!
¡Sí a la defensa de nuestro Medio Ambiente!
PLATAFORMA CONTRA LA VIA EXTERIOR Y EN DEFENSA DEL SUELO AGRARIO
Para contactar con nosotros, mediante el blog de Internet: NOVIAEXTERIOR
Durante el último decenio el conjunto del archipiélago Canario, y en particular la isla de Tenerife ha tenido que soportar la continua depredación de grandes cantidades se suelo potencialmente agrícola y ganadero, para la realización de una serie de macro-infraestructuras irrelevantes, costosas y en muchos casos innecesarias para el conjunto de la sociedad canaria. La balanza de tales actuaciones bascula netamente en detrimento de un sector como el primario, que para el caso de Canarias no puede ostentar otro sinónimos que el de básico, estratégico y fundamental para cualquier país del mundo que aspire a involucrarse bajo los parámetros del desarrollo productivo interior, la modernización y el progreso de aquellos parámetros productivos, que sean capaces de dotar a una ganadería y una agricultura, en la dimensión de empezar a invertir la situación depresiva que arranca de la etapa del inicio de los Puertos Francos en 1852 y que ha visto mermar progresivamente la capacidad de autoabastecimiento interno hasta cuotas tremendamente problemáticas.
El margen de compromiso fundamental que conlleva la aspiración de la organización de unas nuevas directrices del territorio, pasan ineluctablemente por la defensa del potencial agrícola sin margen para ningún tipo de medidas compensatorias, que no contemple la imperiosa necesidad, manifestada, expresada y demandada continuamente por amplios sectores de la sociedad canaria, en la defensa y colaboración con el conjunto de las asociación de ganaderos y agricultores, en la legítima aspiración de vincularnos hacia los contenidos mínimos que nos permitan aspirar a los canari@s, estar bajo los parámetros legales que marca la directrices internacionales de la FAO, y que no pueden ocupar otro sendero que el de la Soberanía alimentaria para Canarias.
Más si cabe en estos tiempos que corren, donde la denominada “Crisis Alimentaria” subraya de antemano, la carencia del desarrollo de políticas que hayan beneficiado un sector que necesita de la consideración real de la que se le presupone, y donde deberían de sentarse las bases de una vez por todas de una auténtica reconversión económica del “cemento y el bloque” a la proyección de una agricultura, dotada de las
En este mismo sentido, el proyecto tan sólo de la formulación de la Vía Exterior y el avance de los planes de desarrollo de los planes Generales de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife y de La Laguna, no puede ser tomado menos que como una broma de mal gusto, o cuando menos como una irresponsabilidad política sin precedentes en el archipiélago, y que deben de volver a ocupar el lugar de la gaveta de las “Cosas que no hay que hacer en una islas con 7.501 Km. cuadrados”, y de donde nunca jamás antes debieron de salir. Las hipotéticas actuaciones sobre terrenos potencial e históricamente agrícola-ganaderos afectadas por la planificación sobre planos de la denominada “Autopista Exterior”, que arrancaría desde la zona conocida como La Pasada de los Guanches hasta las cercanías de Guamasa, consideramos que es una irresponsabilidad política de tal calibre, que la inmediata retirada de tal proyecto no se puede sujetar sólo a un cuestión de lógica espacial, sino que debe de profundizar la articulación de los mecanismos necesarios que contribuyan de una vez por todas a catalizar, y a poner sobre la mesa el costo que tenemos que pagar los vecinos de Tenerife, y del conjunto del archipiélago Canario, ante la asfixiante dependencia estructural, probablemente con pocos paralelos en otros lugares del planeta.
Ni que decir tiene que la conservación del paisaje agrario de la isla de Tenerife, valor complementario de las condiciones que durante tiempos pretéritos articularon unas señas de identidad colectiva, expresión sintomática de la cohesión espacio-cultural adscrita a la orografía del territorio, y verdadera columna vertebral de la expresión popular que durante milenios ha forjado la constitución como pueblo, tiene que tomar carta de naturaleza sinne quae en las futuras generaciones de agricultores y ganaderos que tomen el relevo de una producción interna, que autoabastezca la demanda de alimentos, y no de piche y cemento por doquier, sin más razón que la especulativa.
No es un acto de chovinismo narcisista cuando propios y turistas nos deleitamos del amarillo que nos brinda el verdadero “granel” que es el Rodeo Bajo y Alto en estos tiempos de siega pre-estival, germen del sustento durante milenios del alimento básico por antonomasia de los canari@s, ni tampoco un acto ex proffeso de erudición cuando se subraya desde los órganos edafológicos competentes de la Universidad de la Laguna el alto valor productivo
El mantenimiento y la recuperación de estos suelos para el desarrollo de la producción interior, que tiene tan buenos y mejorables ejemplos en zonas donde los habitantes del Tablero, han conseguido adaptarse a las condiciones climatológicas, con la extensión de una agricultura de verduras a ras de tierra, las pocas zonas agrarias que han escapado a la depredación urbanística en la Gallega y la zona alta del Sobradillo, destinadas al vital consumo de las papas, ó el “granel de trigo” que conforman el Cercado Bello y el Rodeo, sólo son paradigmas que tienen su proyección en sintomáticos topónimo como el Centenero ó Los Baldíos en la zona de Geneto, auténticas simbiosis estas últimas entre la retroalimentación estival de la importante cabaña caprina y ovina que está por retomar en la zonas consustancialmente limítrofes a la Esperanza. Argumentación que fructifica porque además de los 1,2 millones de metros cuadrados que desaparecerían depredados en una vía que a cualquier persona con sentido común no daría cabida a la dubitación, viola la filosofía sobre la protección del territorio recogida en el Plan Insular de Ordenación (PIOT) y el informe de impacto ambiental no tiene en cuenta el daño irreversible sobre cultivos y paisajes, entre otros argumentos, minusvalorando el dañino perjuicio que sobre estos afectaría y sumando sustancialmente el porcentaje humillante del 1,03 kilómetros por kilómetros cuadrados de carreteras que cuenta Tenerife, cifra abismales con respecto a otros entornos insulares, y con fundamentos que rozarían la ironía cuando hay voces que llenan continuamente las páginas bajo los conceptos del desarrollo Sostenible de Tenerife, y del conjunto de Canarias. Además los auténticos disparates que han salido a la luz, con los avances de los Planes Generales de Ordenación Urbana de la denominada por algunos como “Área Metropolitana”, que son auténticas macro nuevas ciudades, con la ascendente pérdida de calidad de vida, y sobre terrenos potencialmente agrícolas-ganaderos, conjuntamente con el disparate del mismo, se suman las cerca de 150 viviendas que en un momento de lucidez sin igual se pensó derribar, y la singularidad de muchas familias que les son privadas sus huertas y fincas, medios directos de vida y “bolsas de oxígenos” de su propia salud y bienestar, teniendo que asumir por imperativo categórico que tendrán que vivir apenas a dos metros de separación de una autopista de doble sentido, dando por descontado además el saldo nuevamente negativo que provoca sobre la fauna y flora del lugar, la lapidación de los valores productivos y ambientales de unas islas, que no pueden permitirse por un segundo más dar nuevos brindis no al sol, sino al cemento y al piche, en honra al disparate mayúsculo de continuar sepultando más territorio, en unas circunstancias que son auténticos desmanes dignos de Record Ginnes de la destrucción del entorno de Santa Cruz y Aguere.
Entre otras por las circunstancias anteriormente citadas, exigimos la inminente retirada sin paliativos de la planificación de la Vía Exterior y la retirada de los Planes Generales de Ordenación Urbana, ésta primera por su carácter innecesario, con un derroche presupuestario astronómico.
Y las segundas por contribuir a la destrucción de zonas potencialmente agro-ganaderas que deben de constituir de una vez por todas una frontera irrenunciable, que pueda garantizar plenamente el desarrollo básico de la Soberanía alimentaria para Canarias, como horizonte donde el peso de la responsabilidad política debe de jugar un papel fundamental, conjuntamente con los sectores sociales, productivos y universitarios que ofrezcan el desarrollo nuevamente de la proliferación de la agricultura y la ganadería, su modernización e implantación.
Hoy con más razón que nunca, por la defensa de las fincas cultivadas, del suelo potencialmente agrario, y las cerca de 150 casas previstas de derrumbar, por el porvenir de las futuras generaciones y por el desarrollo de garantías para la soberanía alimentaria de Canarias, exigimos reiterativamente la anulación sin la mayor dilatación temporal de los PGOU de Santa Cruz y La Laguna y la retirada definitiva de la planificación de la denominada “Vía Exterior” y la rectificación de la misma por un auténtico plan agrícola-ganadero para los entornos de Santa Cruz y La Laguna;
¡No a la Vía Exterior!
¡No al Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz y de La Laguna!
¡No más disparates urbanísticos!
¡Sí al desarrollo de la Agricultura y la Ganadería Canaria!
¡Sí a la defensa del suelo agrario!
¡Sí a la defensa de nuestro Medio Ambiente!
PLATAFORMA CONTRA LA VIA EXTERIOR Y EN DEFENSA DEL SUELO AGRARIO
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